La tasa de actividad del municipio es de 42.50%,
repartida entre el 70.05% que ostentan los hombres, y el 16.15% las mujeres.
El sector de actividad que predomina es el de Servicios (39.5% de los
activos); esto se debe a la funcionalidad que ejerce Caravaca de la Cruz
como centro de influencia de la comarca: en la ciudad se localizan los
centros de sanidad, salud, administración, etc. más importantes.
En cuanto a la población activa ocupada siguen en importancia el
sector Agrario, con el 32.3%, luego el Industrial, con el 20.1%. La Construcción,
aunque en auténtica alza en los últimos años, no
supone mucho más del 6% de los activos.
Agricultura
El uso mayoritario del suelo para tierras de labor supone el 42.9%; el
forestal un 39.5%, y el urbano e industrial abarca el 11.6% del total;
el resto lo conforman los prados (6%). La mayor parte del suelo está
dedicada al cultivo en secano, siendo Caravaca de la Cruz el primer municipio
de la región productor de trigo y el segundo de cebada. También
representa un volumen importante el cultivo del almendro y el de olivo.
En regadío, aparte de productos herbáceos como alfalfa,
patata y tomate, la mayor parte del terreno está destinado al cultivo
del albaricoquero (más de 1.000 hectáreas), y de otros frutales
de hueso.
Ganadería
La Ganadería hay que citarla como importante riqueza complementaria.
Teniendo como referencia los ejemplares reproductores, existen 2.000 cabezas
de ganado caprino, 4.000 de porcino y 260 équidos. Sin embargo
se lleva la palma el volumen de ganado ovino, que con 65.000 cabezas aprovecha
las grandes extensiones cerealistas, con sus barbechos y rastrojeras,
indispensables para su alimentación y calidad de la carne. En cuanto
al ganado vacuno de cebo actualmente se cuenta con 270 ejemplares, concentrados
en muy pocas granjas con problemas de supervivencia como tales industrias.
Industria
Entre las actividades meramente industriales destaca el sector de las
conservas vegetales, así como las factorías de preparación
de mármoles. También está consolidada una cierta
actividad relacionada con la manufactura textil, los muebles, las serrerías
de madera, alguna industria alpargatera -residuo de una significada actividad
en la primera mitad del siglo XX-, y los talleres de reparación
de automóviles.
En la última década, a partir de la creación de la
Oficina de Desarrollo Local, se han activado desde el Ayuntamiento políticas
de empleo para aprovechar la inercia de bonanza económica por la
que pasa el municipio. Desde programas de Escuelas Taller, Casas de
Oficios y Talleres de Empleo, pasando por una batería de cursillos
de formación ocupacional, hasta la preocupación por consolidar
el asociacionismo empresarial, sobre todo en el ámbito del comercio,
han contribuido a que mengue considerablemente la tasa de paro y desempleo,
especialmente en las mujeres.
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